Las fracturas de húmero proximal son aquellas que ocurren en el húmero a nivel de la articulación del hombro.

La principal causa de fracturas de húmero proximal son los traumatismos directos; a saber: caídas desde la propia altura, accidentes deportivos, accidentes de tráfico, etc.

Cuanto mayor es el traumatismo, más compleja es la fractura, más complejo es su tratamiento y mayores son las secuelas en las que puede derivar la lesión.

La osteoporosis predispone a este tipo de lesiones; es por ello por lo que, a determinadas edades, es más frecuente en mujeres.

Tras un traumatismo conocido, aparecen dolor, inflamación o edema y limitación de la movilidad del hombro afectado. A veces, de manera asociada, se producen lesiones nerviosas de nervios próximos a la fractura que provocan, por ejemplo, alteraciones de la sensibilidad del hombro; en la mayor parte de las ocasiones, son lesiones reversibles.

Determinadas fracturas permiten un tratamiento no quirúrgico como tratamiento definitivo (inmovilización con cabestrillo); en otras ocasiones, por el contrario, debemos optar por un tratamiento quirúrgico.

Dentro de las técnicas disponibles y siempre en función del tipo de fractura, en ITT® solemos realizar el tratamiento quirúrgico con placa anatómica de aleación de titanio fijada con tornillos de estabilidad angular, en los casos en que la reconstrucción quirúrgica (osteosíntesis) de la fractura es viable.

En aquellos casos en que la osteosíntesis no es viable, optamos por la prótesis de hombro (ya sea del tipo hemiartroplastia o artroplastia invertida, según lo requiera el paciente).