Son lesiones que se caracterizan por afectación cápsulo-ligamentosa en la que los extremos articulares pierden su contacto normal de forma permanente.

Las articulaciones poseen factores estructurales cuya función es prevenir una amplitud de movimiento anormal y dar estabilidad articular:

- Los contornos recíprocos de las superficies articulares opuestas.

- La integridad de la cápsula articular y los ligamentos.

- La fuerza protectora de los músculos que mueven la articulación.

En las luxaciones estarán afectadas una o varias de estas estructuras.

Son más frecuentes en jóvenes y deportistas de mediana edad, en niños son muy raras debido a la gran flexibilidad de las articulaciones, en personas de edad avanzada son más frecuentes las fracturas.

Los síntomas de la luxación traumática aguda son dolor, deformidad y impotencia funcional.

El dolor es muy intenso en el momento del traumatismo y está bloqueada la movilidad articular. La deformidad es muy característica en cada articulación.

La exploración clínica es muy importante, para valorar el estado vasculo-nervioso distal a la lesión (pulsos, sensibilidad y movilidad).

El tratamiento de la luxación aguda no complicada es: reducción, inmovilización postreducción y reeducación funcional.

Este tratamiento debe ser realizado de manera urgente, para evitar la posibilidad de complicaciones secundarias.

Las maniobras de reducción difieren según la región anatómica implicada, se aconseja que este tratamiento sea realizado por profesionales especializados en la materia.

Estará indicada reducción quirúrgica en las siguientes circunstancias:

- Interposición de partes blandas o fragmentos osteocondrales que condicionan una irreductibilidad.

- Aparición de trastorno circulatorio (pérdida de pulso).

- Inestabilidad articular tras la reducción conseguida.