La artroscopia de cadera supone un avance en el tratamiento de las patologías de cadera. En los últimos 10 años hemos visto un claro aumento de las indicaciones y del desarrollo técnico de la misma, posibilitando a su vez una recuperación más rápida de los pacientes.

Se puede definir como una cirugía de preservación articular de la cadera siendo que engloba todas aquellas técnicas quirúrgicas que tratan de evitar el desarrollo de la artrosis. Surge por contraposición a la cirugía de recambio articular, en la que la articulación es sustituida por un elemento protésico.

Es una anomalía anatómica que provoca el contacto irregular entre la cabeza femoral y el reborde acetabular, en los extremos del arco de movimiento de la cadera. Existen principalmente dos tipos:

Tipo Leva (CAM):

El problema principal se encuentra en la cabeza femoral, en la unión cabeza-cuello. Generalmente presenta un abultamiento óseo (o giba) en la unión cabeza cuello.

Tipo Pinza (PINCER):

El problema principal está en el acetábulo. Hay un aumento del  recubrimiento de la cabeza femoral por el acetábulo.

Esta anomalía anatómica provoca un cizallamiento con el cartílago del reborde acetabular causando rotura o degeneración del labrum, delaminación del cartílago articular y finalmente artrosis.

Pacientes jóvenes y activos que presentan dolor inguinal que empeora con la flexión, aducción y rotación interna.

El tratamiento conservador en el choque femoroacetabular no es efectivo.

Gracias a la cirugía artroscópica de cadera se puede realizar una resección de la deformidad en la unión cabeza-cuello utilizando fresas artroscopicas. En los tipos PINCER se puede desinsertar el labrum, resecar el reborde acetabular prominente y reanclar el labrum con implantes artroscópicos.