Se definen lesiones osteocondrales de astrágalo como aquellas lesiones que afectan fundamentalmente al cartílago articular y hueso subyacente, del hueso astrágalo, uno de los tres huesos que conforman la articulación del tobillo.

Pueden presentar una causa traumática (como secuela de esguinces, comúnmente) o degenerativa, sin traumatismo previo. Se estima que este tipo de lesiones acontece en cerca del 7% de los esguinces de tobillo y que son causa de casi el 80% de los tobillos dolorosos sin una historia previa conocida de traumatismo).

Se presenta como dolor persistente en el tobillo, con frecuencia se localizado en una zona concreta del tobillo. En casos agudos, el dolor se acompaña de hinchazón o edema, equimosis o hematoma y disminución de la movilidad del tobillo. En una presentación más crónica (a lo largo de más tiempo), el dolor suele ser un constante, más o menos importante, en la articulación del tobillo con rigidez asociada. Crepitación, chasquidos a la movilización e hinchazón recurrente, también poden ser síntomas asociados.

En el 10% de los casos, existe afectación de ambos tobillos.

Los fármacos antiinflamatorios, tanto vía oral como infiltraciones de corticoides, son útiles en el control de los síntomas. La infiltración con derivados del ácido hialurónico, así como de PRP, también contribuyen al control de los síntomas. De manera complementaria, estudios de pisada (baropodométricos) y de la marcha enfocados a la realización de plantillas para mejorar la mecánica del pie y tobillo, forman parte del arsenal terapéutico no quirúrgico de esta lesión. Por último, la artroscopia de tobillo se reserva para aquellos casos en que los tratamientos anteriormente descritos no son suficientes para el control de los síntomas. Dentro de esta técnica, en ITT® aplicamos diferentes tratamientos según el tipo de lesión a la que nos enfrentamos, a saber: drilling, curetage, microfracturas, la utilización de sustitutivos de óseos, condrogénesis autóloga inducida por matriz (AMIC), …